Y ya, ¡terminó!, por fin tendré mi cartoncito que diga que soy experta en corrección de textos.
Costó bastante, no solo económicamente sino también al estudiar muchas partes de la lengua, como la gramática. Me dio más de un dolor de cabeza tratar de entenderla, igual que muchas mujeres que pasaron por mi vida. Sin embargo, como soy masoquista desde antes de nacer, seguiré intentando saber de gramática y perseguiré esto hasta el día de mi encuentro con don diablo.
Fueron varios meses en que sentí que había regresado a mi época de universitaria. Fue lindo tener nuevamente compañeros de aula, estar en un lugar bonito y en el centro de Miraflores. No tengo un grupo de amigos pero me siento cercana a todos los más de 40.
Sentí todo el estrés cada vez que tuve exámenes o los antiguamente llamados "pasos". Sufrí con cada nota no tan buena, pero eso ya se acabó y ahora me queda de recuerdo un diploma, uno muy importante para mi carrera y para mi profesión. Sé que esto me servirá mucho para conseguir más trabajos.
Tenía que escribir acerca de este tema, porque me marca mucho, me entusiasma y me llena de orgullo. Ahora leeré un discurso que me darán, pero antes leeré algo que escribí, corto y divertido, algo que, estoy segura, hará reír a los presentes. Cometieron el error de elegirme como representante de la clase... je, je, je, no saben en lo que se metieron ;)
Como se están dando cuenta, estoy feliz. Muy feliz. Una nueva etapa se abre en mi vida y quiero compartir con ustedes esa alegría.
Ahora quizá entre a estudiar inglés, quizá. Todavía no lo sé porque tengo mucho trabajo y otro en veremos que sería en una entidad, aunque no me animo todavía porque eso significaría estar casi un año amarrada, ya no tendría la libertad a la que estoy acostumbrada, sin horario, trabajando en casa.
Vamos a ver, dijo el ciego. Ojo, pestaña y ceja para analizar bien mi futuro.
Que tengan un gran fin de semana, se los digo de corazón.
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