domingo, 18 de agosto de 2013

SOÑANDO CONTIGO

Estas últimas semanas fueron así... llenas de trabajo y con la sensación de tenerte pegada a mi alma, casi como cuando estábamos juntas, compartiendo los problemas, las alegrías y la misma cama.


Fueron varios los días en que me desperté con tu recuerdo, con la sensación de haber estado a tu lado, peleando, conversando, amando, no sé, por más que hice no pude hilvanar el íntegro de cada sueño, pero tampoco logré desprenderme de tu esencia.

Ya son años los que no nos vemos y sin embargo he sentido tu cercanía a cada instante. Más que nostalgia y amor pareciera que surges de mi soledad, de mi sosiego maduro, como si ellos te invitaran a romperlos, a invadirlos con tu presencia.

¿Es que te extraño?, no lo creo, mucha agua ha pasado bajo el puente, muchos elementos disonantes nos separaron para siempre, quizá desde que nos conocimos. Fue un amor imposible que quisimos hacer posible, ninguna de las dos lo consiguió, a pesar de tantos años juntas.

Pero quedó algo en mí: me enseñaste a ser mejor persona, a pensar en el otro antes que en mi misma, a vivir contenta con lo que se podía, a pesar de las carencias, y a decir «puedo hacerlo» aunque me pareciera casi imposible.

Espero que te encuentres bien, que la irrupción de tu recuerdo en mi alma y mi mente no sea signo de que necesitas ayuda. No voy a perturbar tu vida al llamarte, ya no, por eso desde aquí va mi plegaria por ti, mis buenos deseos para ti, que sigas siendo la mujer buena, honrada, trabajadora, apasionada y serena a la vez.

Me desperté con tu recuerdo varios días, estuve soñando contigo sin parar, quítame de tu mente porque hasta aquí llegan tus pensamientos, vive tranquila y feliz, como siempre lo hiciste, querida por todos y amada por una.

9.3.2008

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