lunes, 16 de septiembre de 2013

TIEMPO DE PAZ

Hace mucho que no escribo, y es que he estado un poquito recluida... sí.
Luego de la reclusión involuntaria he vivido una libertad que no esperaba ya.
Tanto así que he tenido miedo de volver a escribir.
De nuevamente suponer que ya había pasado la tormenta, cuando en realidad estaba en el ojo del tornado, envuelta en una calma artificial, pues al poco tiempo todo estallaba frente a mí.

Ahora me atrevo a plasmar en mi bitácora lo que siento, porque ya ha pasado algo más de tiempo.
Casi me atrevo a creer que ya no habrá tormentas tan fuertes como las vividas, quizá serán iguales de intensas pero ya no harán tanto daño a la piel de mi alma, pues esta se ha curtido con los golpes del destino, al que agradezco porque he aprendido más.
Porque el dolor ha hecho crecer en mí cosas buenas y aprender a valorar la rutina, la mañana, y el pedacito de cielo que diviso a través de mi ventana.

Estar de vuelta en casa es como haber reencontrado el paraíso.
Caminar sin dolor es una bendición que me cayó del cielo.
Poder sentarme y escribir es como volver a nacer.
Porque eso es lo que creo y eso es lo que siento.
Por ti nací tres veces, y quién sabe si renazca otra vez.
Lo último vivido ha logrado que madure, que pueda ver más allá de mis ojos, más allá de la vida, y más allá de la muerte.

Escrito por alethiaperu el 4/11/2007 15:52

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